En su artículo Análisis de algunas fechas radiocarbónicas de momias arqueológicas en Colombia Felipe Cárdenas-Arroyo retoma un valioso campo de estudio que ha quedado bastante relegado en Colombia, pero que ha sido objeto de sus reflexiones y aportes en varios momentos debido a su interés personal en la antropología biológica.
El autor señala que el estudio de las momias en el país brinda oportunidades de análisis en el campo de la Arqueología, incluso sabiendo que la mayoría de las momias registradas fueron excavadas por guaqueros, quienes destruyen los contextos en que pudieron haber estado y, por ende, su asociación con ellos. Su observación sobre el hecho de que los fardos que envuelven los cuerpos momificados constituyen por sí mismos un contexto cerrado es importante, pues constituyen “un universo de información” sobre el pasado, por lo que hace un llamado a desarrollar investigaciones “desde la paleopatología, la paleogenética, la paleoparasitología”.
En su análisis de algunas de las fechas radiocarbónicas adjudicadas a las momias, establece una posible relación de esta práctica funeraria con poblaciones humanas que tuvieron su asiento en la cordillera Oriental del país desde el siglo IV hasta el siglo XVII de nuestra era, puntualizando que fueron halladas en zonas habitadas en el momento de la conquista española por indígenas Chitareros, Guanes Laches, U´wa y Muiscas.
La carátula de este número de la Revista está ilustrada con un fardo de la momia de un niño o niña hallado en una cueva en Chiscas, Boyacá. Esta región corresponde al territorio étnico Lache o U´wa, donde el autor obtuvo tres dataciones por carbono 14: dos de ellas de momias, y la tercera de un fragmento de textil de un fardo. Estas tres fechas son las más tempranas de momias en Colombia, 340 a 650 calAD. La imagen escanografiada que el autor tomó de la momia del niño o niña muestra el esqueleto en prefecta posición anatómica y con sus órganos internos relativamente bien conservados. Estas observaciones sugieren que el proceso de momificación fue intencional y no responde a una acción natural. El fardo de telas que envuelve el cuerpo, así como los cordeles externos que lo amarran, son elementos de cultura material cuyo análisis contribuirá a dilucidar con mayor precisión la asociación cultural de esta momia.
En la discusión del artículo el autor hace una cuidadosa descripción de los tipos de momificación en Colombia: la momificación natural, la artificial mediante deshidratación al fuego y la artificial compleja con evisceración, así como los casos en que se elaboraron máscaras para cubrir el rostro.
Ana María Groot
Académica correspondiente
Editora asociada